DOCTOR HOUSE

 Finalmente el último capitulo de la serie estadounidense, Dr. House, ha sida transmitida, poniendo a fin a un programa exitoso, con muchos premios de la academia televisiva en su haber.

 

¿Cuál fue la clave de su éxito?

 

   Propiamente el argumento como la atinada escogencia del rol principal en un actor inglés poco conocido.  Una cosa está íntimamente ligada a la otra, sin que puedan separarse.  Esa es la combinación sin lugar a duda, que convirtió al Dr. House, en una serie para grandes y chicos, de la hora estelar en cualquier país en que fue difundida.

 

   Es raro este tipo de mezcla, con la dosis adecuada para que perdure en un medio tan difícil como es la televisión.  Quien conoce de buenos Martini, sabe que su preparación no es igual en lugar que en otro, pues la medida es indispensable para mantener el sabor y el gusto al paladar del más sofisticado. La ironía, el sarcasmo y el humor negro, en manos de un actor, con cara de vago alcohólico, lograron el resultado deseado.

 

   Entre situaciones conocidas dentro de un hospital, donde se espera más del drama y el dolor de los pacientes y sus familiares, se desenvuelve la trama de un médico, con una peculiar forma de interactuar con sus condiscípulos y colegas, para solucionar las más insólitas dolencias y enfermedades, que se presenta en cada capitulo de la serie.

 

   Antes del Dr. House, programas similares ocupaban el horario televisivo, tales como Scrubs, o Er. Pero, todo giraba en torno de cada uno de sus personajes y uno en uno solo.  Podríamos decir, que en cualquiera de ellos, pudiéramos cambiar a uno de sus protagonistas y nada hubiera cambiado. Pero, no en Dr. House. Donde el peso y razón de ser, no dejaba cupo alguno a tan solo imaginar su reemplazo.

 

   El irreverente de House, no sigue reglas. Como un adolescente, se rebela a la autoridad y a las drogas.  Pero su genialidad sucumbe sobre la estructura y reglamento del Hospital, a tal grado, que sus desmanes y jugarretas, son perdonados. Hay tal indulgencia que hasta las más graves actos de indisciplinas y vandalismos, son justificadas, cuando en la realidad serían motivos de despido, rescisión contractual o hasta de denuncia criminal.

 

   Sin lugar a duda la moraleja de House, es la que en la realidad viven muchos países. El conocimiento es poder; la amistad un ingrediente importante y las dispensas ocurren para las personas extraordinarias. Dr. House, finalizó, pero las enseñanzas son un legado para los futuros proyectos que puedan superar la estima, aprecio y culto que la serie despertó en sus seguidores. ¿Quién volverá a utilizar la bata de este médico que no la necesito para mostrar su brillo y talento?

 

4 Comments »

  1. 1
    afrodita Says:

    A mi me encanta este programa, lo cierto es que en lugares mas desarrollados se reconoce el intelecto no como en centro america, que es un peligro, y desde pequeño tratan de menospreciar, y buscan como desaparecerte cuando ven a alguien surgir.

  2. 3
    linda Says:

    esa es la ventaja de sobresalir, sin importar si eres narcisista , negro, alto, chino, egocentrico, jajaja, la verdad es que eres el mejor a pesar de… y nadie lo puede negar.


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